El señor Tiburcio creó árboles de la vida que orgullosamente representan nuestra cultura en varios museos del mundo y enseñó a nuevas generaciones el arte de la arcilla con la intención de continuar con la elaboración de artesanías que se convierten en arte. Hijo de Doña Modesta Fernández y Don Darío Soteno, fue el sexto de los hombres y noveno de los 12 hermanos, desde niño empezó su trayectoria como alfarero imitando a sus hermanos cuando amasaban el barro. A la edad de seis años empezó a elaborar árboles de la vida, yuntas y también árboles con la temática de San Isidro Labrador de 20 centímetros. Participaba con maquetas en la escuela e incluso llegó a realizarles trabajos a sus compañeros. Laboró en el taller de su hermano Pedro, donde realizó árboles para varias embajadas. Su talento y dedicación han sido reconocidos en distintos países como Canadá, Estados Unidos, Inglaterra, Escocia y España, entre otros. Esculturas, nacimientos y los famosos árboles de la vida reflejan las costumbres y tradiciones de México son parte de su trabajo y que lo llevaron a ganar premios en múltiples concursos de alfarería a nivel local, estatal, nacional e internacional, además de obtener el título de “Gran Maestro del Arte Popular”.


No hay comentarios:
Publicar un comentario