RESALTA GEM NECESIDAD DE VISIBILIZAR TODOS LOS TIPOS DE VIOLENCIA

 

• Realiza Semujeres panel “Violencias y desigualdades, avances y desafíos desde la agenda pública”.   Toluca, Estado de México, 2 de diciembre de 2022. Para la administración del Gobernador Alfredo Del Mazo Maza ha sido prioridad visibilizar la violencia de género, por ello, como parte de los 16 Días de Activismo, la Secretaría de las Mujeres (Semujeres) realizó el panel “Violencias y desigualdades, avances y desafíos desde la agenda pública”.   Al presidir el panel, Diana Velázquez Sánchez, Directora General de Perspectiva de Género de la Semujeres, señaló que la Secretaria Martha Hilda González Calderón ha pedido analizar la violencia desde un enfoque interseccional y, sobre todo, reconocer todos los tipos que existen, sexual, en el embarazo, patrimonial, vicaria, obstétrica y política, entre otras, ya que sólo así se pueden erradicar.   Asimismo, reconoció que todavía se tienen retos y para avanzar es necesario que las y los servidores públicos, la sociedad civil, la academia y todos en general se sumen, que cada quien desde su trinchera ayude a visibilizar el problema y entender que las violencias afectan de manera distinta, dependiendo de la etapa de vida en la que se encuentran migrantes, niñas, trabajadoras del hogar, adultas mayores, por lo que es importante ver cómo se conceptualizan para entonces dar una respuesta clara.   En el panel, Edna Galindo Vargas señaló que, si bien la violencia de género tiene muchos ciclos, su concepto es reciente, nació en la década de 1980, con la creación de las primeras instancias de mujeres en situación de violencia, y en el Estado de México, este tema tuvo impacto hasta el año 2000, cuando se creó el Instituto Mexiquense de las Mujeres, y a la fecha se tiene avances importantes, incluso al reconocer que existe un vínculo entre la discriminación y la violencia.   El reto o la propuesta para las políticas públicas es tener un enfoque de derechos humanos que debe llegar a todas las personas, en todos los espacios y etapas de la vida, que se entienda que los derechos de las mujeres, también son derechos y aplicar la perspectiva de género para transformar estereotipos que ayuden a entender la violencia.   La especialista Irma Romero Díaz abordó el tema del embarazo en la adolescencia y señaló que a nivel mundial se tiene una tasa de fecundidad adolescente de 46 casos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad, para el caso de México, si bien se ha dado una disminución, existen 68 casos de nacimientos de madres adolescentes y, en el Estado de México, la tasa en adolescentes de 15 a 19 años se ubica en 62 casos.   Sin embargo, dijo, es necesario trabajar en las comunidades rurales porque ahí existen tareas pendientes, para ello es indispensable desarrollar políticas públicas y avanzar en tres focos, garantizar educación sexual y acceso a los servicios de salud, trabajar programas de desarrollo para adolescentes y hacer un cambio para promover una transformación cultural, así como generar estrategias para prevenir embarazos y acompañar a mujeres madres para que el ejercicio de maternidad no se vuelva un problema en su vida.   La ponente Rosalba Vera Núñez habló sobre la violencia en el acceso de las mujeres al poder, la cual dijo, que durante los últimos 20 años ha aumentado considerablemente, ya que en el 2014, con la reforma electoral se impulsó la paridad 50-50 y a partir de ella se elevó el número de mujeres al frente de cargos de representación popular, ya que en el 2015 se logró que en el Estado de México se alcanzara 31 espacios; estos pasaron a 39 en el 2018 y luego a 47 en el proceso electoral de 2021.   Reconoció que ese aumento no representa eliminación de la desigualdad entre mujeres y hombres, puesto que se siguen presentando prácticas relacionadas con roles de género, la violencia sigue presente en forma de resistencia aún con estos números alentadores.   Finalmente, las ponentes enfatizaron que estos problemas no son nuevos, tienen que ver con una violencia que obedece estructuras y en ello se debe trabajar, ya que esto permitirá el cambio de roles y paradigmas y, por lo tanto, avanzar en garantizar los derechos y la calidad de vida de las niñas, adolescentes y mujeres.